La elección de materiales y colores depende en gran medida de la intención estética, que puede ir desde crear o reforzar una identidad visual, hasta generar congruencia con la arquitectura o buscar una experiencia de usuario memorable. A pesar de lo anterior, debemos considerar qué efectos tendrán estas decisiones en la percepción de las señales cuya función principal siempre será contribuir a la orientación. En el caso de las personas con baja visión, la elección de contraste es fundamental para que los caracteres sean identificados correctamente, logrando así el objetivo de comunicar y orientar.

Una señal con menor contraste entre la forma y el fondo siempre va a requerir de mejor iluminación que una de alto contraste. Esto se debe a que en últimas el problema del contraste entre colores es un problema de luminosidad, es decir de cómo los colores absorben y reflejan la luz.

En este sentido, siempre se recomienda elegir colores que tengan una buena capacidad de reflejar la luz y ponerlos en contraste con los que tengan una buena absorción de esta. Por ejemplo, el caso más extremo es el del contraste blanco y negro, donde el blanco refleja la mayoría de la luz que recibe y el negro la absorbe, generando así el contraste más alto posible entre dos colores.

La anterior observación resulta muy útil para medir el contraste entre colores de todo el espectro posible. Un ejercicio muy útil es el de traducir los colores a su equivalente en escala de grises para así percibir su contraste en términos de luminosidad.

Por otro lado, siempre que se quiera contrastar un color de luminosidad media con otro color, es preferible buscar uno con tendencia a reflejar mejor la luz, es decir un color claro. Los colores claros, en especial el blanco, resultan más versátiles y contrastan más con colores de luminosidad media u oscura, y además tienen un mejor rendimiento en transparencias o sobre superficies no homogéneas; en este último caso se requiere de una comprobación experimental para decidir qué color se destaca más del fondo o el contexto.

El contraste también es una de las características más importantes para garantizar la accesibilidad en personas con baja visión; verificadores de contraste como el que ofrece WebAim pueden ser una herramienta muy útil para garantizar la visibilidad de las señales.

Además del color, la elección de materiales y su interacción con la luz también afecta la percepción del contraste. La realización de pruebas en el lugar y con la iluminación real es un paso crucial para asegurar la correcta percepción de nuestras señales.