B2.6
Jerarquías y distribución de la información
Una adecuada categorización y distribución de la información presentada en una señal muy compleja ayudará a ordenar la lectura y facilitará su comprensión. Si un usuario se encuentra con tipos de información que es capaz de reconocer y están claramente identificados, como por ejemplo títulos, subtítulos, nombres y descripciones, podremos guiar su lectura en busca de la información que requiere para luego ahondar en ella.
Sin las jerarquías de información, el lector o usuario se enfrentaría a una cantidad de información que en ocasiones puede ser muy extensa y que tendría que revisar por completo hasta encontrar lo que necesita. Es por esto que la mayor cantidad de información que recibimos y generamos –en especial escrita– está categorizada, agrupada o jerarquizada.
Identificar las estructuras institucionales jerarquizadas ya existentes para reforzarlas, definir algunas jerarquías omitidas o modificarlas en procura de una mejor estrategia de orientación son procesos indispensables en en la creación de sistemas de señalización; así mismo identificar y categorizar nuestros posibles usuarios y jerarquizar la información dirigida a cada uno de ellos haciéndonos preguntas como: ¿quién necesita la información más a la mano: visitantes, estudiantes, profesores, administrativos o personal de seguridad y aseo? ¿qué información y en dónde la requiere cada uno de estos tipos de usuarios? ¿qué información resulta prioritaria para cada grupo?
Una vez definidas las jerarquías de la información y de los usuarios debemos pensar qué función cumplirían o en qué circunstancia se accedería a cada una de ellas. Por ejemplo, dentro de una misma señal, qué información esperamos que se lea primero en una lectura rápida, o cuál información esperamos que se reconozca a la distancia y cuál esperamos que se lea después, cuando el usuario se acerque a la señal para realizar una lectura más detenida; qué información esperamos que vea un visitante y cuál el personal de seguridad de una dependencia. Esto seguramente nos llevará a tomar decisiones respecto a tamaños de lectura, selección de variables de las fuentes Ancízar, ubicación de las señales o incluso a generar convenciones diseñadas y dirigidas únicamente para orientación del personal interno.
Debemos entonces crear formas eficientes de distribuir la información, asignando pesos visuales a las categorías definidas y haciendo un correcto uso de los recursos tipográficos, como presentar en algunos casos pictogramas o flechas más grandes que el texto o su descripción puede hacer más eficiente la comunicación: recordemos que usar pictogramas y flechas como fuente tipográfica y no en vectores nos ayuda a mantener la consistencia de tamaños y espacios en el sistema.
Las jerarquías solo se deben aplicar en los casos que resulten útiles o necesarias. Además no solo dependen del peso visual respecto a otros elementos sino también de su ubicación. En el caso de señales de direccionamiento sencillas se recomienda usar una distribución horizontal de la información ubicando flechas hacia los extremos, reforzando así la direccionalidad. Incluir pictogramas también puede ayudar a una lectura rápida.
Apoyarnos en el uso de retículas, columnas o espacios de interlineado, y en general aprovechar los espacios en blanco, tanto verticales como horizontales, pueden ayudarnos a encontrar configuraciones más eficientes de la información, añadiendo estructura a nuestras señales.