A lo largo de su historia, la Universidad Nacional de Colombia ha usado diferentes símbolos para identificarse.

Los cambios gráficos han obedecido a cambios funcionales, a la ampliación de las áreas del conocimiento y la evolución de su entorno, tal como lo dice el profesor Marco Aurelio Cárdenas en su investigación historiográfica: “La institución siempre ha creado y de manera constante los medios gráficos propicios para su evolución institucional gráfica, diseñando y empatando con sus necesidades de modernización, de renovación, cambiando de manera gradual a partir de los cambios en sus estructuras ya sean tecnológicas, de ideas o de espacio y comunicacionales”.²

Desde los años de fundación de la Universidad hay evidencia de una preocupación por la imagen institucional. Un momento importante de la historiografía de los elementos visuales institucionales que se transcribe a continuación.

Con ocasión de un desfile de la comunidad universitaria, en 1868 se expresaba el anhelo de “un cuerpo colegiado que tuviera como única insignia las armas de la República adornando el escudo cuyo color hacía distinguir las varias secciones del cuerpo universitario”, deseos que se ratifican en el posterior discurso del entonces rector Manuel Ancízar, quien en la sesión solemne dijo: “Queridos compañeros. Nuestros mayores, con ingenuidad de lenguaje que hoy no se usa, nos hablan de la 'milicia togada' y 'milicia armada' como las dos columnas que sustentan el edificio del Estado; aquella con los dones de la sabiduría, que constituyen la grandeza moral, ésta con las proezas del valor, que afianza la grandeza material de las naciones. En efecto, las armas y las letras se asemejan en que ambas sostienen combates, unas y otras alcanzan merecimientos y se enorgullecen con diplomas de honor”.³

Avanzado el siglo XX, el secretario general Otto de Greiff hace una solicitud a Arturo Jaramillo, decano de la Facultad de Arquitectura y Bellas Artes, y por su conducto al director de la Escuela de Bellas Artes, José Rodríguez Acevedo, de lo que sería el primer antecedente conocido del actual escudo: “...Se sirva remitir un modelo adecuado para emblema de la Universidad Nacional que sirva para insignia de los estudiantes”⁴. Este encargo de 1937 constituye el primer antecedente de la actual versión heráldica, el cual se concibió en ese momento como un símbolo institucional por excelencia, ya que su carácter tradicional y emblemático permitía representar a la Universidad Nacional de Colombia como una institución seria, unificada y transparente.

Diez años más tarde, el rector Roberto Franco encarga a Francisco Antonio Duarte Medina, estudiante de la Escuela de Bellas Artes y futuro profesor del Departamento de Dibujo de la Facultad de Artes, “reelaborar las formas del dibujo del escudo de la Universidad, sin ninguna intervención creadora por parte del dibujante quien debía ajustarse a los parámetros del escudo en uso, es decir un trabajo más artesanal que de creación artística...”.⁵

A este escudo, ya tradicional, se incorporó en 1967 como imagen alternativa un distintivo con las iniciales UN diseñado por el arquitecto Ricardo Velásquez, director de la Oficina de Planeación. Este símbolo permitía un uso más versátil y novedoso, y dada la aceptación que tuvo en la comunidad universitaria, se integró a la iconografía institucional.